TINEO NO ES VILLABLINO

Publicado en: www.losverdeslaciana.com

Don Victorino Alonso pisa fuerte en Laciana, pero en Tineo se ha encontrado con la horma se su zapato. De momento ha logrado lo más fácil, enfrentar al pueblo. Le queda lo más difícil, doblegar a un alcalde honrado. Y eso ya es harina de otro costal, porque Tineo no es Villablino..

11/12/2008
Victorino Alonso ha logrado otra de sus proezas. Enfrentar a los vecinos del pueblo de Tineo. El modus operandi siempre es el mismo. Al parecer, cuando adquirió la mina que hoy es objeto de discordia, le prometió al Alcalde el oro y el moro. Iba a modernizar, invertir, crear puestos de trabajo, riqueza y bla, bla, bla... Naturalmente, las gentes de bien y más en período de crisis, estas cosas se las creen. Y sobre todo aún más si ignoran las andanzas de este singular empresario. Pues bien, ahora resulta que todas aquellas promesas no tenían otro fin que embaucar al personal. En realidad la mina de interior era sólo un pretexto para hincarle el diente al suculento bocado del cielo abierto. Que como muy bien nos contaba días atrás Luís Trabadela, es rentable aunque no haya carbón, sólo con mover tierra de un lado para otro ya es negocio, merced a las cuantiosas subvenciones del Estado.

Pero en este caso Victorino se topó con la horma de su zapato. O sea, un Alcalde dispuesto a defender los intereses del pueblo y hacer cumplir la Ley. Justo todo lo contrario de lo que tenemos en Laciana. La reacción del empresario no se hizo esperar. Anunció que cancelaba todas las inversiones en el concejo. Chantaje suma y sigue. Pero no se quedó ahí la cosa. Un grupo de trabajadores de UMINSA, "por propia voluntad" se encerró en el salón de plenos del Ayuntamiento culpando, claro está, al alcalde de ser el responsable si pierden sus empleos. Estos trabajadores "libres y luchadores" no cuentan sin embargo, que el jefe les sigue pagando el sueldo mientras dure el encierro. Lo que no deja de ser una vergüenza para las centrales sindicales. Pero ahí está el trabajo de formación que han hecho con sus afiliados, más obedientes con el empresario que con sus representantes.

Esta situación, como no podía ser de otra manera, está provocando graves enfrentamientos entre vecinos, familias, compañeros de partido y pueblo en general. La máxima de divide y vencerás ha funcionado. En el pleno celebrado y custodiado por la Guardia Civil, el alcalde Marcelino Marcos dejó clara su oposición al cielo abierto con un rotundo NO. En cambio sus compañeras de partido Isabel García y Ana Menéndez dijeron SÍ. Una apostilló: "si cierra la mina, las familias lo pasaremos mal". Y la otra remachó: "si hay que elegir entre cielo abierto o cierre inmediato de las minas, digo sí al cielo abierto". El concejal Álvaro García, mucho más sensato puso el dedo en la yaga al afirmar "que ésta es la escenificación de lo que nunca debería de haber pasado. El elemento distorsionador es Victorino Alonso". Ya lo ha caldo y eso que lo conoce apenas.

Nos consta que el Alcalde ya está haciendo lo que debe. Es decir, pedir amparo al Gobierno del Principado y entrevistarse con el resto de las fuerzas políticas, para pedirles que amparen el cumplimiento de la legalidad. Justo lo que jamás se hizo en Laciana. Y por lo que podemos saber ese apoyo lo tiene. De momento, Victorino Alonso ya ha rebajado sus pretensiones, ahora dice que estaría dispuesto a ocupar menos superficie de la pretendida inicialmente. Sin embargo, la negativa del Alcalde y de la mayoría de los vecinos sigue siendo la misma. Esa zona encierra una enorme riqueza ecológica y forestal y es intocable. Precisamente ahí se celebra todos los años una feria forestal. Por algo será.

En cualquier caso, y acabe como acabe este asunto, por lo menos la mayoría de los representantes del pueblo, con su Alcalde a la cabeza, han demostrado que en estos casos son capaces de estar a la altura de las circunstancias, cosa que jamás ha ocurrido en Laciana. Esa es la diferencia entre quienes defienden los intereses del pueblo y quienes siguen los dictados del empresario.